Testimonios

LA MANO DE SAN JOSÉ

 

Con 13 años a mi hija menor la diagnostican problemas de columna. Durante dieciséis años los médicos que la veían, cada vez emitían un diagnóstico diferente. Durante estos años los dolores eran cada vez mayores y la movilidad se iba limitando.


En el año 2000 ella empieza a trabajar en el Hospital Nuestra Sra. Del Prado de Talavera de la Reina. El doctor que dirigía el servicio donde trabajaba se interesó por su caso, viendo como cada día iba empeorando. Pidió a un traumatólogo nuevo que había llegado al hospital que la viese. Enseguida la pidió una RM y la prescribió una faja especial para la columna. Cuando llegaron los resultados de la RM, había cinco hernias de disco, que comprimían los nervios.


Fue remitida al servicio de Neurocirugía del Hospital Virgen de la Salud de Toledo. Los neurocirujanos le dicen que la única solución es operar, no hay sensibilidad en la pierna derecha y poca en la izquierda.  Hay un riesgo, las hernias están muy cerca de la medula y puede quedarse en una silla de ruedas y si no se opera terminara según está en una silla también. Cuando nos pregunta a su padre y a mí, que hace, le decimos que haga lo que haga estaremos con ella. Decide operarse, solo con la esperanza de que desaparezcan los dolores que tiene. Al pasar con ella a consulta, nos informan que la operación será larga, saldrá directamente a la UVI, con sangre y estará al menos dos días allí, con las complicaciones que este tipo de operaciones pueden tener. Luego tendrá que hacer rehabilitación.


El 28 de Octubre del 2001, a las tres de la tarde, entra en quirófano. Tras cinco horas de operación nos informa el Dr. Moneo, jefe del equipo. Nos dice que ha habido una pequeña complicación, se ha quedado sin tensión y le han tenido que poner adrenalina para reanimarla, por lo demás todo ha ido bien. Ahora hay que esperar la evolución. Le preguntamos si la vamos a poder ver antes de ir a la UVI, allí estábamos su padre y yo, Ricardo un amigo sacerdote de la familia y otra persona. Nos dice que no va a UVI, ni hay transfusión de sangre. Hay que esperar a que despierte de la anestesia y podrá pasar una persona a verla a reanimación. Una vez que la suba la tensión, la llevaran directamente a la habitación.


Pasé a verla a reanimación y lo primero que hice fue tocarla la pierna derecha, que era la que no sentía, me dice que ya lo ha probado ella y puede mover las dos piernas, las siente y que no tiene ni un solo dolor. Solamente tenía puesto un suero. La suben a la habitación y nos dejan estar un rato a todos con ella, habían llegado también su hermana, su cuñado y sus sobrinos.


Al día siguiente de la operación por la mañana, pasó el equipo médico que la había operado a verla. Todo había ido muy bien, no había infección, ni fiebre, no había necesitado ni un solo calmante y lo más importante, había movilidad en las piernas. Le dicen que hay que levantarse y empezar a andar.


  El día 30 de Octubre por la mañana me bajo a desayunar y cuando vuelvo salían de la habitación los médicos. Me dicen que nos vamos a casa y les digo que por favor no me gasten esas bromas, han hablado con mi hija y la han preguntado que si se quiere ir a casa y ha dicho que sí. Llamé a su padre para decírselo y tampoco lo creía. Antes de las 48 horas, estábamos en casa, mi hija podía andar, no había dolores, no necesitó rehabilitación y el 24 de Diciembre se incorporó a trabajar.


Para nosotros fue un milagro, lo fue, ese día no solo hubo unas manos humanas en el quirófano, allí estuvo la Mano de SAN JOSÉ, a Él le habíamos pedido su intercesión para que la operación de Gema saliese bien.  Los que la conocéis, entenderéis porque su devoción y gratitud a su “San Jo” como cariñosamente ella le llama.



María Alemán Corrochano.

Talavera de la Reina (Toledo).

Publicado en Julio de 2022.


Si has recibido algún favor de Dios por la intercesión de San José y quieres compartirlo, envíanos tu testimonio a nuestro E-mail de contacto con tu nombre, apellidos y lugar de residencia y lo publicaremos aquí.